Es sin duda uno de los sitios arqueológicos más importantes de la Región de Coquimbo y el país. Ubicado en el sector El Olivar en la salida norte de La Serena, este lugar sorprende diariamente a los más de 70 profesionales, entre arqueólogos, antropólogos y conservadores, que trabajan allí desde Julio 2015. Hasta ahora se han desarrollado nueve campañas.
“A la fecha, el equipo de arqueólogos que trabaja en un sector acotado del sitio ha logrado recuperar sepulturas pertenecientes a 97 personas, la mayoría de ellos correspondientes a lactantes e infantes, hecho que denota una importante tasa de mortalidad infantil dentro de las comunidades Diaguita y Animas que habitaron en la desembocadura del río Elqui, aproximadamente entre el 1000 y 1540 d.C”, indicó a LA REGIÓN, el arqueólogo Gabriel Cantarutti.
Como ha sido destacado antes, varias de las sepulturas que preliminarmente han sido atribuidas al complejo Cultural Las Animas (1000-1200 d.C. aprox) presentan individuos acompañados de uno o dos camélidos (guanacos o llamas). “Adicionalmente, las excavaciones también han revelado la presencia de otros tipos de animales en las sepulturas, como pescados y partes de mustélidos (posiblemente manos de “quique”), todo lo cual sugiere una profunda integración del mundo animal en el contexto de los ritos funerarios de las comunidades que parecen anteceder el surgimiento de la cultura Diaguita”, indicó el experto.
En las sepulturas Diaguitas, por su parte, destaca la reiterada presencia en las sepulturas de infantes y lactantes de un particular tipo de vasija cerámica -el jarro zapato-, a veces como única ofrenda asociada a los menores.
Esta cerámica (llamada así por su similitud con un botín de caña alta) es interpretada como una suerte de olla, que por alguna razón era dispuesta junto a los niños. A su vez, la tradicional alfarería tricroma Diaguita también es frecuente en la sepulturas, particularmente en aquellas de tiempos incaicos (1450-1540 d.C. aprox). Hasta ahora, las sepulturas del tiempo de la dominación incaica descubiertas en este sector del sitio muestran objetos de una profunda identidad local, en donde la influencia incaica sólo se percibe a través de sutiles influencias en diseños decorativos”, indicó el arqueólogo Gabriel Cantarutti.
