Tanto la región como el país enfrenta una grave crisis respecto a la escasez hídrica, lo que motivó hace unas semanas que el propio ministro de Agricultura decretara Zona de Emergencia Agrícola, para poder ir en ayuda de los crianceros y productores.
Expertos han señalado que ha sido el otoño más seco en 60 años, hecho que motivó a los alcaldes de las 15 comunas para pedir al ministro a decretar estado de catástrofe agrícola, considerando que no hay pronóstico de lluvia para las próximas semanas.
El decreto fue firmado e involucra una inversión de 463 millones de pesos para forraje de ganado mayor y menor a través de Indap, así como también el Ministerio del Interior destinó 1.230 millones de pesos para hacer frente a la emergencia.
En este sentido, surge la duda respecto a cómo andan las reservas de agua en los embalses de la provincia de Elqui.
LA REGIÓN conversó con la Junta de Vigilancia del Río Elqui y sus Afluentes, quienes respecto a cómo están enfrentando este escenario de falta de precipitaciones, explicaron que la función principal de la organización es realizar un reparto de las aguas de la cuenca entre los usuarios.
«Este trabajo se inicia con un pronóstico para la temporada, que se realiza una vez que se desarrolla gran parte del invierno, con este pronóstico se decide la cantidad de agua a distribuir, decisión que toma nuestra asamblea, y con ello nuestra misión es administrar el recurso hídrico para dar cumplimiento a un calendario de entrega por 12 meses», señalaron.
En ese contexto, el directorio de la Junta de Vigilancia del Río Elqui realiza una labor que implica mejorar la metodología de pronóstico con la incorporación de los conocimientos y experiencia del Laboratorio de Prospección, Monitoreo y Modelación de Recursos Agrícolas (Prommra) de la Universidad de La Serena, lo que sumado a la utilización de criterios conservadores permite continuar con un estricto control de la distribución.
«Esto ha permitido que, a pesar del desalentador escenario hídrico, nuestros embalses estén en una condición de acumulación que supera el 90% de su capacidad total, lo que nuestros usuarios reconocen como una gran gestión en el complejo momento que vive la zona por la falta de precipitaciones», agregaron.
Respecto al estado de las nieves en la cordillera y el agua caída a la fecha, detallaron que en el sector del embalse La Laguna, hasta el 31 de julio, había 76 centímetros de nieve, versus los 171 centímetros que se consideran normal a la fecha, lo que se traduce en un déficit de un 56%.
La falta de precipitaciones se ha sentido en toda la región, y sectores como Vicuña y Rivadavia presentan un déficit de lluvias del 98% y 91% respectivamente.
En tanto, La Serena tiene acumulado 10.9 milímetros, versus 68 milímetros, que sería lo normal a la fecha, lo que se traduce como un déficit del 84%.
¿Es más importante que caiga nieve en la cordillera o que llueva más abajo?
Ante esta consulta, desde la Junta de Vigilancia, explicaron que el régimen de la cuenca es nivo-pluvial, vale decir que se alimenta tanto de la lluvia en estado líquido como de los deshielos.
«Aun cuando se considera más significativo el aporte de nieve con relación al régimen histórico de caudales y de recarga de la cuenca hidrográfica, es importante reconocer el aporte que realizan las precipitaciones en estado líquido. En este sentido, consideramos que la medición es normal si en el campamento de La Laguna se registran 2,5 metros de nieve. Asimismo, en las estaciones por debajo de la cota 1200 metros sobre el nivel del mar, lo ‘normal’ corresponde a 100 mm de agua acumulada», explicaron.
Respecto a la expectativa de lluvias o nevazones durante agosto y septiembre, señalaron que «desde el punto de vista probabilístico, siempre pueden ocurrir eventos de precipitaciones, incluso avanzada la primavera, sin embargo, a la fecha los expertos señalan que las condiciones meteorológicas no son favorables».