Un hecho insólito afecta a más de 600 familias del condominio Altamar, de la Avenida Costanera de Coquimbo. Vecinos reclaman que hace exactos 10 días que no tienen el suministro de agua potable funcionado, cuestión que afecta de manera directa a adultos mayores y parejas con niños chicos. Hoy, solo con la ayuda público privado ejecutada por el municipio porteño y la sanitaria Aguas del Valle, la comunidad ha logrado soportar una crisis sin precedentes.
«Desde la administración del edificio nos pidieron sacar agua de las piscinas», dicen personas desesperadas que pagan mensualmente más de $ 450 mil pesos de arriendo.
Hace dos fines de semanas atrás comenzó el martirio para don Pablo, un hombre de 50 años que acusa estar estresado ante tamaña problemática. El hombre, junto a un centenar de personas, ha tenido que desembolsar de su bolsillo para comprar bidones de agua que venden en almacenes y supermercados para lavar la loza, cocinar, e incluso asear la ropa.
«Yo me estoy bañando afuera, donde una hermana, o si no el gasto en los bidones sería demasiado y no hay bolsillo que aguante. Acá vive harto adulto mayor, parejas con niños que van a la escuela (…), es simplemente agotadora toda esta situación».
Culpan al
ex administrador
Los dardos apuntan al ex administrador del condominio, que presuntamente habría hecho un mal trabajo bajo su mandato. Vecinos denuncian que las bombas de impulsión, que alimentan los 25 pisos de la torre con el vital recurso, se rompieron producto de una notoria falta de mantención.
El sujeto en cuestión (ex administrador) habría renunciado una vez desencadenado el conflicto, que genera una mini emergencia sanitaria en Coquimbo. Cuando se vive en lugares residenciales como los condominios, se pagan gastos comunes para financiar a los conserjes, el área de quinchos, de luces y áreas verdes, etc., aquello habría sido administrado de manera «paupérrima» por el ex administrador del recinto.
«La gente tiene miedo, no quiere dar la cara por algunas presiones que han salido cuando las vecinas hicieron público el asunto en las redes sociales», agrega don Pablo.
El hecho anómalo llegó a los oídos del municipio de Coquimbo con reclamos de familias que añoraban ayuda de forma urgente. Los representantes de «Altamar» apuraron algunos trabajos, sin embargo, la solución habría llegado a medias.
«Hicieron un arreglo temporal, que hizo que el agua solo llegara como un hilo de agua al piso seis. En ese contexto es que por orden del alcalde se decidió ayudar a estas familias, que se ven altamente afectadas con esta dramática situación. Así, y a través de la ordenanza municipal 1644, le da la facultad al alcalde de vender a un buen precio el recurso a estas familias, que no están en el 40% más pobre y que no tienen subsidio para acceder a estos beneficios, cuando se da una emergencia sanitaria de este calibre», señaló David Díaz, jefe del departamento de seguridad de la municipalidad de Coquimbo.
Ante la desesperación de estar casi dos semanas sin agua, el municipio llegó hasta avenida Costanera 451 para entregar dos contenedores de 5 mil litros de agua. Además, la sanitaria Aguas del Valle hizo lo propio con otro contenedor móvil con el añorado recurso, que lo tienen instalado en pleno patio del condominio.
«Ha sido de gran ayuda el aporte que se ha hecho en los últimos dos días, viene a aliviar en algo esta pesadilla. Es bochornoso pagar tanto dinero en arriendo y estar pasando estas penurias. Así no se puede vivir. Esto no se acaba todavía, nos dijeron que faltaba un mes más para tener una solución definitiva. De hecho, nos pidieron la primera semana sacar agua de la piscina, siendo que esa agua estaba con hongos, producto nuevamente de una mala mantención del administrador anterior», remata enojado un arrendatario.