Mientras tanto, reconocen que con la empresa constructora existe una disposición de no agresión «y se comprometieron a no seguir insistiendo en el desalojo…», señaló el concejal Guido Hernández.
En diciembre, días antes de las fiestas de fin de año, hubo un nuevo intento de desalojo por parte de la constructora en el ex Mercado Municipal de Coquimbo. Eso puso en jaque a sus ocupantes.
Tras ese episodio, cuenta el concejal Guido Hernández, acompañado de Darwin Arqueros, tesorero del gremio de comerciantes del recinto, que después de una reunión entendieron que no podían seguir sosteniendo esta situación, sus trabajadores y sus familias lo estaban pasando mal.
De esta manera se decidió hablar con la constructora que estaba intentando el desalojo, «a quienes les pedimos que entendieran la postura, que la gente no lo estaba pasando bien y que nos dieran un plazo necesario. Se les dijo que íbamos a salir de ahí, y también les planteamos que desde el lugar que estuviéramos íbamos a seguir defendiendo la causa del mercado a través de la vía jurídica o administrativa en las instancias que sean necesarias».
En este sentido, y como se entiende que la gente no puede pasar esta angustia permanente de que los vayan a desalojar, reconoce Hernández que «se decidió articular y facilitar, junto a otras muchas personas que nos están colaborando, un terreno ubicado en calle Varela, para que se puedan ubicar, donde no solamente se hará un avaluó comercial, sino que el Serviu cobrará un arriendo mensual y el municipio se comprometió a estabilizar el piso, a hacer una terraza que sea bonita. Entonces esperamos que el municipio ponga de su parte, dado que cada uno de los locatarios fabricará un módulo de alto estándar que será instalado sobre este patio de comida, tipo mercado 2.0, y creemos que con la fórmula de construcción podría estar listo en unos tres a cuatro meses».
Así, avisa Hernández, en el mes de abril «estaríamos dispuestos a salir de ahí, y entendemos la buena disposición del Serviu, del gobernador (Gonzalo Chacón), pero depende de ese documento, de la firma del arriendo del terreno, para que ellos comiencen con la construcción de sus módulos, lo que significará tranquilidad a los locatarios y sus familias».
Respecto al edificio actual, desde el punto de vista administrativo, «estamos haciendo todo lo posible para que este edificio se rescate patrimonialmente, y para eso hemos realizado infinitas acciones, la última con el director de obras de Coquimbo para que no firmara el permiso de demolición. De hecho, visitas ilustres, como Hugo Zepeda, nos plantearon que esto es una locura y que en cualquier país del mundo esto se defendería …».
En el periodo del ex alcalde Pedro Velázquez, recalca Arqueros, se hizo la enajenación de este edificio de manera irregular, lo que fue planteado en su momento por la senadora Evelyn Matthei. Desde entonces que nada se ha transparentado «y eso nos tiene en una situación compleja, pues estamos a punto de perder uno de los edificios más importantes de Coquimbo, con cerca de 180 años».
Debido a eso, es que junto al concejal Hernández presentaron un requerimiento en Contraloría para conocer la legalidad en la venta del edificio.
Y aunque entienden que la suerte ya está echada, «de igual manera estamos apelando a la tranquilidad de nuestras familias, a quienes hemos expuesto gratuitamente. Por eso estamos tratando de que nos salga este proyecto y tenemos toda la fe en ello, y estamos dando las fechas en que podría estar y avisándole a la comunidad…».
Pese a todo, advierte que de cierta manera «estamos tranquilos, ya que lo que queremos es seguir trabajando. Y como creemos que se le debe un mercado a Coquimbo, confiamos en que este será provisorio».
Al llegar a acuerdo con la empresa se pusieron plazos, «puesto que queremos nosotros mismos comenzar a desarmar, no que llegue gente externa a retirar nuestras cosas, pues no queremos exponer más a los niños, a las mujeres, o que alguien festine, porque así como tenemos simpatizantes, también tenemos detractores».