– Había una preocupación especial, que tenía que ver con recuperar las fichas de los pacientes. ¿Se pudo salvar toda esa información?
– «Efectivamente, nosotros ese día 16 de septiembre guardamos todas las fichas clínicas en un container que estaba relativamente seco. Luego arrendamos unas oficinas en el Barrio Industrial y la mitad de nuestro equipo estuvo trabajando secando fichas al aire, y en un par de mesas ya estaban todas secas. Después hubo que sacarles la arena y una experta nos dijo que el papel, que ya estaba con mucho hongo, queda con un material contaminado, por lo que no era recomendable usarla a futuro, y generamos un plan de acción y compramos equipos para escanear las fichas y estamos en ese proceso. Empezó hace un mes y no vamos a usar más fichas en papel. Ese proceso durará unos meses. Afortunadamente está todo rescatable, yo diría que menos de un 10 por ciento, tiene tinta corrida y que se ha perdido algún grado de información. Hay sólo 20 fichas de un universo de 1.600 que finalmente no se encontraron».