Los escolares alcanzaron a tener cerca de dos semanas de clases presenciales, el resto del semestre ha consistido en educación a distancia.
Situación que, sumado a los altos niveles de cesantía, provocaría la deserción de uno 9 mil estudiantes, al menos así asegura el seremi de Educación, Claudio Oyarzún, en entrevista con LA REGIÓN.
El 2020 ha sido un año extraño en muchos sentidos, y una de las áreas en donde más se ha evidenciado es en el ámbito educacional, en donde tanto párvulos, colegios y universidades se mantienen cerradas desde mediados de marzo, debiendo educar a distancia a los alumnos, con el apoyo siempre de las familias.
Respecto a un eventual retorno a clases, el seremi de Educación, Claudio Oyarzún, comenta que hay que separarlo en varios aspectos, «primero, lo que hemos promovido durante todo este tiempo, es que cada colegio tenga preparado o esté haciendo un plan de retorno a clases, que es una estrategia para volver pero cuando se pueda, de acuerdo al contexto sanitario, no es que se esté haciendo para volver mañana sin ver el contexto o el paso en que se encuentran las diferentes comunas».
Detalla que el plan de retorno debe asegurar algunos criterios básicos, entre ellos el sanitario, «debe ser gradual y flexible en el funcionamiento, vale decir qué cursos, los horarios, la cantidad de alumnos, es decir, la organización del colegio debe estar
en directa coherencia con lo sanitario», señala.
«Y lo otro es que es voluntario, esto ratifica que nosotros como Ministerio no estamos obligando a ningún sostenedor que tiene que volver, lo que les hemos dicho es que deben
estar preparados, porque si en algún momento el contexto sanitario indica que se puede, sepamos como hacerlo y no improvisar en ese momento un retorno», agrega.
Oyarzún enfatiza en que el retorno será voluntario, aunque estén las condiciones, «mientras no podamos decir que esta pandemia está controlada, que ya no hay peligro, no podríamos imponer un retorno obligatorio, sí voluntario, tenemos que ser responsables con las medidas que hemos estado tomando y lo hemos hecho durante todo este tiempo».
Realidad en la región
}«Por el momento, en las tres ciudades más grandes de la región, un retorno presencial es impensado… estamos en cuarentena, lo que no significa que los colegios no hayan laborado su plan de retorno pensando en que en algún momento podría haber sido distinto», señala.
Y agrega que «en cuanto al proceso en que nosotros como Ministerio nos hemos centrado, que es ver cómo podemos a partir de todo este trabajo realizado durante el año por
las comunidades educativas, ya sea online o material impreso, tengan un propósito en el proceso formativo y que se conviertan en una nota para generar la promoción de los estudiantes al nivel siguiente, es como el proceso natural».
Deserción: Cerca de 9 mil alumnos podrían abandonar el sistema
Hace unos días, el propio ministro de la cartera, Raúl Figueroa, había señalado que la deserción podría llegar a los 80 mil alumnos. En el caso de la región, Oyarzún detalla que en el tema de abandonar el sistema escolar venían trabajando en una campaña que se llama «No al ausentismo escolar» y «Cada día cuenta», que buscaban que los alumnos tuvieran buena asistencia a los colegios.
«Está comprobado que el alumno que asiste regularmente tiene mejores resultados académicos que aquel que falta de manera considerable, y en este contexto de pandemia
se genera una instancia que podría ser lamentablemente propicia para aumentar el número de alumnos desertores del sistema», señala.
Y agrega que «en la región tenemos actualmente 6.500 estudiantes que estando en edad escolar no son parte del sistema, algunos estudian en modalidad libre o bien otros no son
parte, y podríamos llegar a cerca de los 9 mil jóvenes desertores».
«Tenemos ahí un tremendo desafío como Ministerio, instituciones escolares y como sociedad, y a través de los colegios estamos levantando requerimientos para que ellos puedan tener información de los alumnos que puedan ser potenciales desertores», añade
Otro de los aspectos que preocupa al seremi, es que durante este año los alumnos no solo no están aprendiendo sino que están olvidando lo que ya sabían, «los niños, al no estar en las clases sistemáticas y tampoco en condiciones similares de aprendizaje, es decir al
no estar en la sala de clases, ya hay una diferencia en cuanto a quien aprende, y si le sumamos que lo que sabíamos no lo podemos aplicar día a día, se va
generando una pérdida de ese aprendizaje que fue adquirido en algún momento», concluye.