La de ayer fue una sesión particular. Numerosa presencia de vecinos, varios con pancartas, más prensa de lo habitual, más guardias que de costumbre, un alcalde que no hizo declaraciones…
Lo central era escuchar la lectura del dictamen de Contraloría, referido a millonarias deudas, parte de la administración anterior -un tercio- y lo demás de la gestión actual de Claudio Rentería. Pero no se leyó con detalle. Es demasiado largo. A cambio, se entregó el respaldo a cada concejal.
De todas formas, hubo lectura de cartas de reconocimiento a la gestión del alcalde Rentería, las que sacaron aplausos, y no hubo mayor discusión; salvo cuando un concejal pidió una auditoria externa para el ejercicio de Rentería y el edil la agarró al vuelo para decir que apoya la idea siempre que se extendiera al periodo anterior a su llegada al sillón edilicio. De nuevo fuertes aplausos.
Tambien se escucharon pifias o gestos contra el alcalde, pero muy menores.
«Esto no es un circo romano», dijo molesto el concejal Maluenda. «Que estén en el concejo de barra brava me parece impresentable», avisó por su parte su colega Acuña
Rodeado, aplaudido y pifiado. En el centro de la mesa, siempre atento a todo. Porque el de ayer no fue un concejo comunal más para el alcalde Claudio Rentería.
Fue una sesión distinta en el gran salón de Ovalle. Porque adherentes -los más- y detractores, llegaron al auditorio donde el jefe comunal fuera notificado en el mes de diciembre por su presunta responsabilidad administrativa en el déficit financiero del Departamento de Educación Municipal, monto que ascendería a los casi 7 mil millones de pesos.
Dictamen que -debido a las 1.032 páginas, resultaba poco práctico ponerse a leerlo ayer. Fue entregado por Secretaria Municipal en un CD- «responsablemente vamos a leer y tomarnos un tiempo para analizar en detalle lo que significa este informe final, que estábamos esperando y que era de conocimiento público», dijo el concejal DC Jonathan Acuña.
Abucheos, pero también muchos abrazos y pancartas apoyando la gestión del alcalde, que se hicieron aún más evidentes cuando se solicitó una auditoría externa sobre el funcionamiento administrativo de la municipalidad entre los años 2015 al 2018, a lo que el propio Rentería propuso que la auditoría se contemplara del año 2008 al 2018.
Miradas de reojo entre uno y otro bando, todo mientras a su salida, abrazado y besado como un rockstar, el alcalde señalaba que «estoy feliz que la gente me acompañe y ahora hay que dejar que las instituciones funcionen. Esta es una importante señal que refleja que hemos hecho bien las cosas. Por eso agotaré todas las acciones que permitan esclarecer lo sucedido, reiterando que en el Departamento de Educación nos hemos enfocado en trabajar para nuestros estudiantes y en consolidar una política educativa, inclusiva y de calidad».
No es un circo
El concejal Acuña afirmó que «debe darse una conversación entre los concejales para responsablemente tomar las acciones. Acá existe una investigación responsable que se llevó por un tiempo prudente donde se dieron las posibilidades, por ejemplo, para que el alcalde actuara. Nosotros vamos a tomar en consideración netamente lo que dice la Contraloría y con el cuórum que se está pidiendo vamos a tomar las acciones correspondientes, lo que significaría la posibilidad de ir al Tribunal Electoral Regional».
Lo que sí molestó a varios fue la bulla, los abucheos y gritos a favor y en contra. Por lo mismo, manifestó que «al igual que la vez pasada, muchas personas estuvieron toda la mañana en el concejo, dejando de lado sus funciones y a la gente que necesita que se les atienda, porque para eso se les paga. Y que estén en el concejo, poco menos que de barra brava, me parece impresentable», dijo Acuña.
El concejal RN Héctor Maluenda señaló respecto a que muchos llegaron para esperar un veredicto, «que la gente está mirando esto como un circo romano y no es así. Acá hay un dictamen final que hay que estudiar, analizar y seguir lo que dicta la ley. Acá no hay cosas nuevas y lo que se debe hacer hay que hacerlo de manera responsable y primero ver los antecedentes que vienen en ese informe, de más de mil páginas…».
El concejal Armando Mondaca (PRI) dijo que «siempre voy a defender los derechos de mi comuna, no importando el partido político del alcalde. Voy a seguir con mi apreciación y autoridad, y si tengo que hacer lo que me ordena la ley lo haré. No voy a vacilar en nada y haré lo que tenga que hacer. Y si es necesario que el alcalde tenga que decir la verdad a la comunidad, tiene que hacerlo. ¿Cuál verdad? Del dictamen que dice Contraloría. Pero si dice que es inocente, entonces debe demostrar su inocencia. Ahora, una vez que lea todos los antecedentes recién ahí voy a tomar mi decisión, pero si es necesario presentar la acusación, lo haré. La Contraloría ya entregó su dictamen y en eso estamos claros, pero hay que analizarlo bien si es así».