Esta vez, las caderas sí mintieron. Can’t remember to forget you -el primer single del nuevo disco de Shakira y cantado a dúo con Rihanna- las mostraba bajo poses sugerentes y ropaje ceñido, como dos felinas dispuestas para el próximo asalto: fue un aperitivo engañoso. Porque su título homónimo, a estrenarse este martes 25, se presenta como el testimonio de una mujer que ambiciona la madurez artística y la estabilidad personal, en sincronía con la llegada de la maternidad y de su relación con el futbolista Gerard Piqué.
Aunque sí hay trazos de la ebullición de piel, baile y fusión de estilos que cruzaron sus hits más recientes -Loba, Waka waka o Loca-, parecen arrojos aislados, intentos dirigidos a no bajarse de la ola de pop y electrónica que ha dominado a las divas del circuito masivo en la última década. Si los paralelos valen, esta vez la colombiana se asemeja a una madre que quiere retornar a la juerga tras su primer año de crianza, primero preocupada de tomarse el tiempo de hacer dormir a su hijo y decirle a su pareja cuán feliz son juntos, para recién ahí descuadrarse un ratito. El resto del tiempo, las caderas siguen en reposo.
Hasta el lenguaje ha cambiado. Mientras en Loca, de 2010, cantó “Estoy loca/ pero te gusta”, para su flamante disco versionó Loca por ti, de la banda de rock catalán Sau, donde la promesa crece e incluye a otro en la línea “Aún quiero seguir loca por ti”, en dedicatoria al futbolista del Barcelona, fan confeso del grupo homenajeado.