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A menos de 24 horas de que los locatarios y guardias del
ex mercado municipal de Coquimbo sufrieron una brutal agresión y destrucción de sus locales por unos 40 delincuentes que usurparon el inmueble, en la tarde del lunes volvieron a ser amenazados, esta vez por un sujeto que les exhibió una aparente arma de fuego.
Los comerciantes tienen la sospecha de que el hombre que exhibió el arma también sería extranjero. «Acá los guardias y nosotros mismos seguimos afectados por esto, ya que se supo que entre los detenidos del domingo habían colombianos. Ojalá los expulsen del país y no los dejen volver, y no haberlos dejado libres solo con firma y arraigo».
Por otra parte recuerda los dichos del jefe de los obreros de la demolición del edificio. «A este sujeto lo vimos el año pasado, el día cuando nos vino a brindar su apoyo el reconocido historiador coquimbano señor Hugo Zepeda Coll. Ahora, este lunes, me dice, «te felicito ganaste una batalla», y al analizar bien sus palabras nos hace pensar que las agresiones van a seguir, y por eso las autoridades tienen que tener cuidado y brindarnos más protección».
De las pérdidas dejadas por el ataque del día sábado, dice que son millonarias. «Primero está la pérdida individual. En el restaurante «Coquimbo» se perdieron como $15 millones en muebles y las cosas de la cocina. Después hay gente que tiene como $ 2 millones en daños, pero estructuralmente el mercado ha sufrido destrucción de locales desocupados por los trabajos de la constructora contratada por el dueño. Entonces en lo que va del año las pérdidas acá serían como de $ 200 millones, considerando a la infraestructura como dije».
Arqueros precisó que los costos de la reposición de enseres correría por cuenta de cada locatario, pero a la vez estudian una demanda civil para exigir compensación a los 24 formalizados por la usurpación.
Pese a todo lo sucedido, tras un ataque inédito en Coquimbo en que una turba de delincuentes que directamente no tiene el propósito de robar, sino simplemente de agredir y cometer daños, los comerciantes están dispuestos a seguir adelante.
«Ya se despejaron pasillos y repusieron las puertas que sacaron. Se pusieron planchas de metal para cerrar las puertas principales, dejando solo la de Varela abierta, a la espera de la sanitización comprometida por el alcalde.
«Todavía no podemos abrir, ni siquiera para vender platos con delivery, que nos deja un poco de ganancias para poder comer con nuestras familias y para poder cancelarle el sueldo a los trabajadores nuestros, por lo que pienso de que de aquí al otro lunes vamos a tener solucionado los problemas para empezar a funcionar con algo de normalidad», dijo el dirigente.