Luego que el exdelegado presidencial Rubén Quezada se bajara –por ahora- para una candidatura parlamentaria, el partido asume el desafío de continuar con el proyecto colectivo, «pues somos mucho más grande que los nombres y proyectos personales».
Sin duda un año de enormes desafíos en lo político. Marzo especialmente, con nombramientos tanto a nivel nacional y regional. En Coquimbo, por ejemplo, donde el Frente Amplio trabaja de manera silenciosa para no solo mantener la carta que tienen en el parlamento con la diputada Carolina Tello, sino también aumentar el número.
Aunque ya tienen una baja considerable, luego que el exdelegado presidencial Rubén Quezada, al menos para esta pasada –y por ahora-, le cerrara la puerta a una futura candidatura. En principio era la carta para el Gobierno Regional, «proyecto que lamentablemente por la falta de unidad en el sector, no logró flotar», señala Matías Riffo, presidente regional del Frente Amplio.
Con o sin Quezada, como partido se mueven en la búsqueda de nuevos liderazgos. Aunque a paso lento, sin apuro.
«Respeto su punto de vista y me lo había manifestado, pero como partido tenemos una virtud, y es que el Frente Amplio es mucho más grande que los nombres y que los proyectos personales, por lo tanto, tengo la tranquilidad de que en la región tenemos candidatos y candidatas suficientemente competitivos como para acompañar a la diputada Carolina Tello que va a la reelección y poder –seguramente- disputar dos cupos».
Pese a su negativa, Quezada sigue siendo una figura con repercusión y apoyo transversal, «pero insisto, el Frente Amplio es un proyecto colectivo, por ende, nuestras ideas son mucho más importantes que las personas. Y eso a mí me da una tranquilidad muy grande y creo que a la militancia también».
Nombres competitivos
Dice que todavía hay tiempo para tomar una definición, la que debería ser en los próximos meses, por lo que no le apura «necesariamente la designación de un nombre», por cuanto, insiste, dentro de sus filas «tenemos compañeros y compañeras suficientemente preparados, tanto en experiencia como en perfil y en trayectoria profesional, para poder tomar estos desafíos».
Como ejemplo, recuerda que para la elección de 2021 el presidente Gabriel Boric a esta altura no era candidato «y finalmente llevó una candidatura competitiva porque era colectiva y eso lo hizo ganar. Entiendo que los nombres son importantes, pero tenemos suficientes nombres competitivos para disputar esta elección».
¿Sigue existiendo esa falta de unidad en el oficialismo?
«Tenemos el legítimo derecho de tener visiones de país con matices o proyectos con matices, pero lo más importante es trabajar por la amplia unidad del elector. Si hoy eso no está tan fuerte, es un desafío para trabajar en los próximos meses, porque eso es fundamental para la disputa presidencial y parlamentaria. Entiendo que hay partidos que tenemos ciertas consideraciones y apreciaciones que todavía hace falta poner sobre la mesa, pero el objetivo es el mismo y no es solo mantener el gobierno, sino también tener la mayor cantidad de parlamentarios y ofrecerle al país un proyecto de futuro»
¿Ese proyecto de futuro y unidad podría entregarlo Michelle Bachelet?
«Reconozco en ella un gran liderazgo y es sin duda de las políticas más importantes de este país, pero somos proyectos con matices distintos. Por lo tanto, espero y tengo la convicción de que el Frente Amplio llevará un candidato propio a la primaria, justamente porque tenemos matices con el proyecto que puede ofrecer la expresidenta Bachelet en caso que sea candidata. Eso sin perjuicio de la valoración política que uno hace y de la importancia que tiene para la política. Hoy seguimos con esa incertidumbre, pues ha dicho varias veces que no, pero claro que el escenario lo moverá por un no o por un sí en caso de anunciar su candidatura, aunque no debería moverlo en el Frente Amplio…».
