La fiscalización se realizó a raíz de una masiva protesta que hicieron los apoderados y alumnos este martes en las afueras del establecimiento.
Este martes, los padres y apoderados del Colegio La Misión de Las Compañías no aguantaron más, y junto a los alumnos protestaron durante toda la mañana en contra de los sostenedores del establecimiento por problemas en los baños que ocupan los escolares.
Baños tapados, colapso de las tuberías, pisos mojados y problemas de infraestructura fue lo que denunciaron los apoderados, preocupados por la salud de sus hijos y acusando que los sostenedores del colegio hacían oídos sordos a las esenciales demandas.
El seremi de Salud, Víctor Arancibia, inspeccionó los baños. Si bien, el colegio ayer no funcionó debido a la presión de los apoderados, igualmente la autoridad sanitaria notó deficiencias.
«Los padres y apoderados de este colegio desde hace harto tiempo tienen problemas con relación a la accesibilidad, al buen funcionamiento de los servicios sanitarios, de los baños de los escolares, en el sentido que hay un mal funcionamiento específicamente relacionado con el afluente de la descarga sanitaria, se colapsan por haber tantos alumnos ocupando el mismo servicio y se hace insostenible desde el punto de vista sanitario», dijo el seremi.
Además, agregó que también se verificó que había desperfecto en los sanitarios, ya que «no funcionan bien, tienen daños estructurales en las puertas, en los accesos, no hay una buena calidad de las aguas».
Sin embargo, al revisar el comedor, también se encontraron irregularidades, ya que si bien había autorización de funcionamiento, pero hubo modificaciones en la estructura que estaba previamente autorizada, dañando la infraestructura del lugar.
«Una forma de que nosotros logremos el compromiso de la autoridad de este centro educacional, que por lo que cuentan los apoderados, se han visto retrasadas; vamos a iniciar un sumario sanitario, con el objeto que se cumplan las indicaciones que vamos a exigir en un plazo muy prudente», declaró Arancibia.
La autoridad explicó que no se dio orden a una prohibición de funcionamiento pensando que son 390 alumnos quienes diariamente asisten a clases, por lo que no se les quiso perjudicar, así que se tomó la medida de sumario, la cual fue comunicada a la directora del colegio, ya que los sostenedores tampoco aparecieron para dar explicaciones o comprometerse con las reparaciones.