La frase «La salida de los trabajadores se ha dado paulatinamente» es la que utiliza el presidente de uno de los tres sindicatos –el más grande- del proyecto minero Pascua Lama, Alexis Spencer, tras la reducción del personal debido al cierre de la planta.
El dirigente sostiene que «tenemos una salida mejorada que ha dejado conforme a los trabajadores, sabiendo lo que está sucediendo en el país, sobre todo en la región. Existe, además, el compromiso por parte de la empresa de avisarles en la medida que se fuera reduciendo el personal para que las personas tuviesen la oportunidad de buscar trabajo, lo que se ha ido cumpliendo».
Sin embargo, buscar empleos en nuevos proyectos mineros no ha sido fácil. Y así lo reconoce el dirigente, «porque si bien hay algunos que están saliendo en Illapel, todavía no hay nada concreto. Lo mismo pasa con Dominga, que sería un proyecto grande, pero que también está entrampado con la situación ambiental», afirma Spencer, uno de los 28 socios que tiene por estos días el sindicato, lejos de los casi 700 que llegó a tener en su momento.
Al menos, y lo dice con tranquilidad, «tenemos esta salida, de esta forma, hasta el mes de diciembre, fecha en que seguramente con el poco personal que se tenga se verá si la empresa externaliza lo poco y nada de trabajo que existe arriba, que es solamente mantener compromisos ambientales y también con el campamento».
Todo esto, debido a la drástica decisión que adoptó la minera canadiense Barrick respecto a su proyecto Pascua Lama, el que pretendía ser el primer desarrollo minero binacional del mundo, en la frontera entre Chile y Argentina.
ESTUDIOS QUEHICIERON CAMBIAR EL PROYECTO
Es que la compañía decidió suspender los estudios para explotar el yacimiento a través del método subterráneo, opción que venía estudiando desde el año pasado. Esto, por un tema netamente económico. Es decir, no dan los números.
«Este estudio arrojó que no era conveniente, que no era negocio para la empresa, puesto que los proyectos en túnel son muy onerosos, así que se decidió cerrar Pascua, que ahora irá a un plan de cierre, el que no es de un día para otro, sino que se tiene que hacer un estudio al medio ambiente y además, una nueva RCA, que es un trámite largo, de a lo menos tres años», puntualiza.
El desarrollo de Pascua Lama se enfrentó a dos grandes problemas: los ambientales y otros ligados al alto costo de inversión. El costo total de la iniciativa llegó a estimarse en un rango de entre US$ 4 mil y US$ 8 mil millones, para un proyecto que cuando fue presentado a evaluación ambiental en el 2000, tenía un costo de desarrollo de US$950 millones.
Respecto a qué viene para Barrick, el dirigente sindical sostiene que «es casi seguro que cerrará en Chile, porque no tiene más proyectos. Tenía a Zaldívar, pero pasó el 50% para Luksic y de igual manera Caserones, que está vendido a otra empresa, también en un 50%. Sin embargo, la empresa lo ha conversado y los trabajadores están conscientes de la situación, así que tranquiliza que todos tenemos una salida mejorada y que es bastante positiva para los tiempos que estamos viviendo. La negociación que hemos buscado con el sindicato es la mejor para los trabajadores, sabiendo que quizás Barrick ya no estará en Chile».
En lo relacionado al tiempo que le queda a la minera reconoce que «a la empresa le quedará, más que todo en Pascua, mínimo cinco años, dado que un plan de cierre no es de un día para otro. Imagínate que El Indio está en la misma situación y sigue ejecutándose con muy poco personal, con colaboradores, pero sigue en el plan de cierre. Es decir, tenemos un mínimo de cinco años para que se apruebe todo y se ejecute el plan de cierre en Pascua y quizás un poco más. Ahora, la empresa puede externalizar todos los pocos trabajos que se están ejecutando arriba y solamente quedaría un mínimo de personal: una cabeza arriba y cinco o seis personas dependiente de Barrick y los demás, contratistas o colaboradores».
Por lo mismo, la reubicación de sus trabajadores es casi una quimera, «dado que no existen más proyectos. Tenía los proyectos de Casale y Zaldívar, pero los vendió, además del proyecto Altura, que lo cerró. Lo que pasa es que Barrick está cerrando casi todas las oficinas acá en Chile y Sudamérica. Está detenido, por no decir paralizado hasta ver qué sucederá más adelante. Hoy está pasando por una situación económica no de las mejores y ante eso, ha dejado en stand by varios proyectos tanto en Chile como en el extranjero. El proyecto Altura, por ejemplo, está detenido y no se sabe hasta cuándo. Quizás puede tener una futura venta, pero es muy difícil que se concrete sobre todo en Pascua, por los problemas que tiene gubernamentales y con el medio ambiente. Altura, además, no alcanzó a tener sindicato, porque era un proyecto que estaba en la primera etapa, que era de exploración y que si bien había resultados positivos, no alcanzó a ser más que eso».