A fines del año 1989 una noticia revolucionó la tranquilidad de la localidad de Las Rojas. Cientos de curiosos comenzaron a llegaron hasta esa zona de la comuna de La Serena para ser testigos de un descubrimiento inédito.
Mientras un conocido vecino del lugar, Eliseo Volta, efectuaba trabajos dentro de su parcela accidentalmente dejó al descubierto un enorme cráneo. Producto de la expectación y la incertidumbre que un hecho como se generó en la comunidad, llegó hasta allí la arqueóloga peruana, Diana Wagner, quien por esos años residía en una zona cercana. Tras inspeccionar preliminarmente los restos decidió informar al Museo Arqueológico de La Serena.
«A raíz de la denuncia formulada por la arqueóloga Wagner, fuimos al sitio con otros arqueólogos y profesionales del museo. Yo me acuerdo que en el rebaje que hicieron para sacar tierra o rebajar la terraza, quedó expuesta una cabeza de estos grandes herbívoros pleistocénicos tardíos que por las características que tenía era un Mastodonte. No era una investigación tan sencilla, porque había que trabajar con una serie de profesionales que tienen experticia en trabajar en sitios de ascendencia paleoindio. Se trataron de hacer contactos con investigadores de Estados Unidos y pasó el tiempo y no se logró hacer nada», recordó Marko Biskupovic, arqueólogo del Museo Arqueológico.
Pero lo más insólito de este descubrimiento vino después. «En ese tiempo que pasó, pese a que el cráneo tenía una protección, la gente como botín de guerra fue desarmando este cráneo y las evidencias finalmente se perdió. Hasta el mismo museo llegó gente tratando de vender algunas piezas de este Mastodonte», afirmó a LA REGIÓN el experto.
Biskupovic indicó que estos sitios son muy escasos y hasta la actualidad no existe ningún otro hallazgo de un Mastodonte en este sector de la región. «El único sitio que tenemos conocido y estudiado es Quereo en la comuna de Los Vilos y otra infinidad de sitios más que han sido encontrados, pero siempre en esa comuna. Pero en esta zona es un patrimonio muy exclusivo porque no tenemos grandes evidencias de sitios accesibles a período geológico pleistoceno tardío. Lamentablemente no pudimos determinar si tenía asociatividad humana o de convivencia con el hombre. Pero aunque no hubiese sido así, igual es muy importante porque se trata de fauna extinta y no es posible encontrar sitios de esta envergadura», aseguró el profesional.
En el año 2006, se hizo un nuevo intento por volver a investigar esa zona de la comuna de La Serena, para ello se reunieron varios arqueólogos muy renombrados, entre ellos Mario Rivera. Sin embrago, los intentos por recuperar evidencias adicionales en el sito para conseguir mayores antecedentes sobre la biogeografía y taxonomía del elefante más antiguo, tampoco prosperaron.
TESTIGOS
El cuerpo del mastodonte era casi tan grande como el Mamut. Podía pesar las 6 toneladas y medir 3,5 metros de altura. Estaba recubierto por dos capas de pelo.
Por esos años, Alberto Ramírez vivía en la localidad de Las Rojas y recuerda muy bien este hallazgo. «La parte del cráneo estaba mirando hacia arriba, como que se dio vuelta de espalda y tenía sus colmillos. Yo recuerdo que habrán tenido entre unos 80 centímetros de largo y nos llamaba la atención los molares que eran bien grandes, creo que más de 25 centímetros. Pero después la gente se lo empezó a llevar. Había una señora de la Hacienda San José que estaba trabajando ahí y tenía que encargar unos preservantes a Estados Unidos. Los huesos estaban muy blandos. Pero como eso estaba abierto cualquier persona iba y lo miraba, así se fue dañando», dijo.
El vecino recuerda que durante semanas mucha gente de diversas partes de la comuna llegaban al lugar para conocer los restos. «Fue bastante bullado y la gente venía a verlo. Eso fue por algún tiempo, además que no era difícil de encontrar el lugar», afirmó.
RESTOS
El mastodonte no se extinguió hasta el período conocido como Holoceno, hace entre 10.000 o incluso 8.000 años. Por tanto pudo ser cazado por nuestros ancestros. Entre las posibles causas de su extinción se barajan la caza por los humanos y por una enfermedad que proliferó durante el calentamiento del planeta, la tuberculosis.
Hoy, cuando han pasado cerca de 27 años de aquel hallazgo, la única evidencia que existe de la presencia de este Mastodonte se encuentra protegida en las bóvedas del Museo Arqueológico de La Serena. Se trata de un molar, que fue rescatado por el arqueóloga peruana Diana Wagner y que está en excelente estado de conservación. Quizás algún día pueda ser presentado al público para que las futuras generaciones conozcan de este importante descubrimiento ocurrido en la entrada al Valle de Elqui.
CABALLOS EQUUS
Pero en la zona de Las Rojas no sólo se encontraron los restos de este Mastodonte, sino que además fueron hallados huesos de un tipo de caballo extinto conocido como Equus SP y que incluso era más pequeños que los ponis que conocemos hoy. Algunas piezas de este hallazgo también se encuentran guardados en los depósitos del Museo Arqueológico de La Serena.