En el debut del voto voluntario por primera vez en la historia de Chile, la alta abstención cercana al 60% -muy superior a la vaticinada por los expertos- se transformó en uno de los factores clave de las elecciones municipales 2012.
Si en todo Chile más de 13 millones 388 mil personas tenían derecho a ejercer su voto, con los datos conocidos hasta anoche -5 millones 428 mil votos con más del 92% de las mesas escrutadas- la abstención alcanzaría el nivel más alto desde el regreso a la democracia.
A partir de hoy los partidos, expertos electorales y cientistas políticos se abocarán de lleno a dilucidar qué pasó con el padrón electoral, en una votación que no congregó a más del 40 por ciento de los chilenos, como lo vaticinó en horas de la tarde el director de Adimark. Roberto Méndez.
En las elecciones presidenciales de 2009, el padrón alcanzaba sólo 8 millones 285 mil personas y en la primera vuelta votaron 7 millones 264 mil personas, siendo la abstención de sólo 12,32%, pero regía el voto obligatorio.
Para las elecciones del domingo, el Servel había estimado que la abstención llegaría al 30% y la empresa Mori en cerca del 40%. Los más pesimistas hablaban de un 46%.
Las cifras son clarificadoras en algunas comunas y abren una serie de interrogantes para saber qué efecto real tuvo la abstención en los resultados conocidos.
En la comuna de Santiago podían ejercer su derecho 245 mil personas. Los últimos cómputos señalaban que lo hicieron escasamente 83 mil personas, o sea, sólo un tercio de los votantes de la comuna.
Aquí las encuestas hablaban de una llegada estrecha entre Pablo Zalaquett, de la Alianza, y Carolina Tohá, de la Concertación, pero la dirigenta del PPD se impuso holgadamente con más del 50% de los votos sobre el 43% del alcalde UDI.