Mariana Lazcano y Pedro Rubio son pequeños productores agropecuarios de Cutún, sector Las Rojas, comuna de La Serena. Una zona de secano en la que con mucho sacrificio hoy cuentan con plantaciones de olivos, limones y un invernadero con tomates, choclos, zapallos, sandías, melones y muchos otros vegetales, producciones con las que han doblado la mano a la sequía por la que atraviesa la región.
Se trata de uno de los testimonios más impactantes y a la vez aleccionadores en el marco del caso Cox. Hablamos de la historia de Edison Gallardo Llanos, que se hizo conocido en 2017 tras publicar su libro «Mi infierno en el Sename», donde relató los continuos daños que sufrió durante su estancia en el Hogar Redes, desde muy temprana edad, y donde fue víctima de los continuos abusos de las cuidadoras de la institución.
Además, este triste relato se vincula a los apremios en materia sexual que sufrió de parte del ex arzobispo de La Serena Francisco José Cox cuando tenía alrededor de seis años, lo que sin duda marcó para siempre su existencia y que guardó en estricto silencio durante décadas.
Gallardo estuvo ayer en Coquimbo, específicamente en el Club Social de la comuna puerto, donde fue uno de los testimonios en el marco del segundo Simposio de Abuso Sexual Infantil, que fue organizado por la Fundación de la Infancia, liderada por Gloria Mieres, y que contó con otras interesantes presentaciones que buscan explorar en nuevos caminos para el respeto a la niñez y así conducir a la justicia y al cuidado.
En conversación con diario La Región, Gallardo se refirió a la importancia que ha tenido dar a conocer su historia y así romper el miedo, hasta llegar al presente con mayor esperanza en el futuro. «Junto a profesionales como Vinka Jackson, sicóloga y escritora, que también ha sido una sobreviviente del dolor, hemos estado trabajando para respaldar la ley de imprescriptibilidad del abuso infantil. Ha sido una larga lucha donde hemos tenido que enfrentar a una sociedad completa y muchos poderes que pretenden seguir protegiendo a quienes han abusado de menores», subrayó.
En la oportunidad, Edison también recordó el duro momento vivido al darse cuenta que debía hablar y sacar a la luz esa oscura etapa de su vida. «Un momento fundamental fue cuando vi en televisión el primer testimonio potente contra Fernando Karadima, en voz de James Hamilton. Eso fue un antes y un después. Lo duro fue que cuando llegué al Arzobispado me encontré con una religiosa que me dijo ‘no te van a creer’. No puedes imaginar lo fuerte que puede llegar a ser escuchar eso, te paraliza, pero no me dejé amedrentar», afirmó.
PROTECCIÓN
Cabe recordar que en diciembre pasado se debía realizar el careo entre Cox y sus víctimas. Sin embargo, el demandado no llegó a la cita, señalando que sufrió una descompensación, sumado a que su defensa indicó previamente que el ex arzobispo de La Serena no estaría en condiciones, pues sufriría de demencia senil. «Es frustrante que ese halo de protección hacia Cox continúe, lo que ha sido doloroso para sus víctimas. Nosotros estamos convencidos de que él es culpable, consideramos que es una verdad indiscutible y esperamos que de una vez por todas se haga justicia. Queremos decirle la cosas frente a frente», subrayó Gallardo, respecto de una diligencia que fue postergada para marzo de este año.
EXPERIENCIAS PODEROSAS
En el marco de este simposio, Gallardo también se refirió a lo que será la publicación de un nuevo libro, la continuación de «Mi infierno en el Sename». Se trata de «Esperanzas en el Infierno», donde relata todo lo que vino posteriormente a revelar su cruda verdad en 2017. «Lo cierto es que luego de dar a conocer mi historia públicamente, el mundo se me vino abajo. Perdí trabajo, familia, amigos. Mucha gente se hizo a un lado, pero aun así logré dejar atrás el pasado y paralelamente logré sacudirme de muchas secuelas que dejó en mí esa etapa. Logré ser profesional y formar una familia, y además a eso se suma la maravillosa experiencia de ser padre de una niña», acotó.
Gallardo recordó que «cuando nació, la llené de ‘espantacucos’, pero luego descubrí que el que los necesitaba era yo. Y una vez que me di cuenta, los miedos comenzaron a pasar. En el futuro, cuando ella sea adolescente, tendré que relatarle esta historia, y para eso están los libros y también los testimonios de todos estos años en la prensa. Es una verdad que deberé enfrentar», concluyó.
OTROS TESTIMONIOS
Quien lideró esta instancia fue la Fundación de la Infancia de Coquimbo. Uno de los más potentes testimonios es el de Vinka Jackson, psicológa y escritora que se ha especializado en esta materia y que también es una «sobreviviente». En la ocasión, presentó la temática «Ética del cuidado del sentimiento en la prevención del abuso sexual infantil».
En diálogo con diario La Región, la autora de libros como «Agua fresca en los espejos», que es para adultos, y «Mi cuerpo es un regalo», para niños, señaló que «estamos trabajando para legislar en materias de prescripción, aún es muy importante legislar sobre eso. Lo importante además es trabajar en la ética del cuidado, para realizar una prevención de abusos y también una adecuada sanación. El énfasis está en el componente comunitario que se necesita para enfrentar estas situaciones».
A juicio de la profesional, hay una gran deuda del Estado. «Se habla mucho de pacto social en la actual coyuntura y eso a mí me suena muy vacío. Los niños han sido postergados una y otra vez durante los 30 años de democracia, y por todos los gobiernos. Lo vital es ponerse en un lugar donde haya menos juicio para los niños y adolescentes», argumentó.
El sicólogo clínico Ignacio Fuentes, del Grupo Miradas, realizó un balance histórico. «Hay mucho que hacer, porque en la medida que vamos conociendo más, más preguntas nos realizamos. Lo cierto es que hasta antes de 1990 no existía la noción del niño como sujeto de derecho, pero luego de aquello es perentorio que los adultos sean sujetos activos de su crianza. El niño requiere acompañamiento del mundo adulto, y cuando eso se rompe, esa confianza, dañamos el resto de su vida, su cuerpo e historia personal a futuro», acotó.
Por su parte, Gloria Mieres, que es presidenta de la Fundación de la Infancia de Coquimbo, señaló que hay mucha satisfacción tras realizar este segundo simposio y anunció que se vienen otros planes ambiciosos. «Estamos realizando actividades desde el 18 de mayo del año pasado, y hoy (ayer) fue positivo contar con tan valiosos expositores y testimonios de vida, como el de Edison Gallardo, a quien conozco desde los 7 años, y también el de Vinka Jackson, que ha superado el dolor por medio de sus múltiples actividades. Agradecer también a Ignacio Fuentes, por estar con nosotros».
Cabe destacar que en mayo se realizará un nuevo simposio, donde se espera contar con la presencia de James Hamilton, con él como gran conferencista, y con otros expertos en materia de Derecho.