Valentina Díaz, joven sobreviviente de colisión fatal en sector El Panul

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«El conductor del camión jamás tocó la bocina, para señalar que no podía frenar»…

Luego de superar con éxito la operación del fémur de su pierna izquierda, la «Vale» ya se encuentra en casa, en etapa de recuperación junto a su madre y hermanos en el pueblo de La Herradura. Por primera vez habla después del terrible accidente del pasado 15 de febrero, donde tres personas perdieron la vida. Critica la falta de experiencia al volante por parte del imputado y adelanta que participará de la querella colectiva que familiares de las víctimas preparan contra el conductor del camión. «Debe estar en la cárcel», asegura.

«Es cómo si no fuera mi pierna, me siento rara, ahora es todo distinto», parte señalando la joven del «milagro». Y claro, la deportista comienza a sentir las primeras consecuencias de la intervención efectuada en la Unidad de Traumatología del Hospital San Pablo de Coquimbo. Cuenta que ya se borraron los hematomas de su rostro y sólo quedan algunas raspaduras en su rodilla. Luego de ocho días en el recinto de salud, finalmente fue dada de alta para comenzar el largo proceso de recuperación. Por ahora es regaloneada. «Me traen lo que pido a la cama, si quiero comer helado o sushi, ahí viene mi mamá».

VIVIÓ PARA CONTARLO

Aprensiones que parecen lógicas luego del brutal shock emocional que tuvo que vivir ésta joven, teniendo en cuenta que el taxi colectivo que tomó aquella tarde quedó prácticamente como chatarra. Tres adultos murieron y dos jóvenes se salvaron, una de ellas la «Vale». De manera exclusiva recuerda el momento donde pudo perder la vida y lo comparte emocionada con Diario La Región.

«Yo estaba despierta desde que nos empezó arrastrar el camión, hasta que me subieron a la ambulancia y llegué al hospital, me acuerdo de todo. Tengo en mi memoria todavía a los bomberos y cómo yo le gritaba al niño que iba adelante mío para que no se quedara dormido».

Ese niño del cual se refiere, es Yamir, de tan sólo 20 años, y que también salió con vida a pesar del fuerte impacto. La juventud, sin dudas, sirvió de gran aliado en esta ocasión.

«Fue cosa de segundos. Estábamos parados en el taco cuando de repente siento un golpe fuerte atrás, y ahí fue una escalada de gritos y más gritos. Mi mamá pudo llamarme al celular, ahí me despedí de ella, le dije que la amaba muchas veces, porque sentía que me iba a morir».

A pesar de lo violento que fue todo tras el impacto, Valentina dice que no sentía dolor físico en el momento, solo atinó a tomar sus pies, ya que no los sentía. Su desesperación hacía referencia a que estaba atrapada entre los fierros del vehículo. Ya en la ambulancia, y con la ayuda de paramédicos y bomberos rescatistas, pudo tranquilizarse.

«El Milagro de los ojos claros», como le pusieron los médicos del hospital, reconoce que nunca debió tomar el colectivo de la Línea 65, porque acostumbraba a caminar hacia el Complejo Las Rosas, lugar donde entrena por la rama femenina de la sub 17 de Coquimbo Unido. Pero esa mañana fue distinta, dice que tuvo un presentimiento extraño, algo raro sintió que le iba a pasar. La historia ya se sabe, y hoy recuerda los pasajes más crudos del suceso.

«Yo solo veía a la señora Yasna (víctima), que estaba entre los dos asientos hacia adelante. Ahí la vi a ella con su pelo largo y clarito que estaba al lado mío. Su brazo le colgaba. En un momento yo sentí que respiraba, no sé si habrá sido parte de una alucinación, pero la sentí muy cerca».

PIDE JUSTICIA

Valentina está molesta. Con 18 años cumplidos participará en la querella colectiva que impulsa el abogado Carlo Silva, que incluirá a familiares de las víctimas del accidente sucedido en la Ruta 5, a la altura del kilómetro 458. A su parecer, el imputado debería «estar en la cárcel», por la irresponsabilidad de manejar sin licencia.

El conductor del camión transportaba áridos desde Totoralillo y habría mencionado haber perdido el control de los frenos del vehículo mayor, provocando el accidente múltiple. Fue formalizado por tres cuasidelitos de homicidio y dos por cuasidelito de lesiones, y quedó con arresto domiciliario total mientras duren los 120 días de investigación.

«Si él hubiese tenido la experiencia de un buen conductor y con una licencia adecuada para poder conducir un vehículo de ese tamaño, hubiese tenido otro tipo de reacción y quizás la historia sería distinta».

Confirma a este medio de comunicación que está disponible para el proceso de investigación que lleva cabo el Ministerio Público y la SIAT de Carabineros. Tanto ella como el otro sobreviviente resultarán claves, como testigos y protagonistas de una tarde horrible.

«El conductor del camión jamás tocó la bocina para señalar que no podía frenar, si hubiese hecho eso, por último, algo hubiese pasado, le daba tiempo al chofer del colectivo para moverse. Se está diciendo que él avisó tocando la bocina y que se le habían cortado los frenos, pero la realidad es que eso nunca pasó, jamás alertó a nadie».

UNA VIDA POR DELANTE

El fútbol es una pasión y un gran hobbie para ésta muchacha, no obstante no pretende dedicarse a él de manera profesional, aunque la profesora Bárbara Hurtado, de Las Lobas, se enoje. Soñaba con ser azafata de aviones antes del accidente, ahora cambió de parecer, el brutal impacto le dejó una particular enseñanza. «Ahora quiero estudiar kinesiología, para que el día de mañana sea yo quien pueda ayudar a otra persona que haya sufrido una fractura como la mía. Es un proceso muy lindo, me imagino, y quiero dedicarme a eso».

Este tiempo de incertidumbre y tardes-noches eternas en el hospital, sirvieron para que Valentina valore mucho más a su familia. Recuerda las veces que su hermano menor le pedía jugar pero ella no lo «pescaba». Se arrepiente, dice. Agradece las muestras de cariño, las visitas de su entrenadora y los múltiples mensajes de apoyo en redes sociales tras la operación. «Estoy muy contenta por todo el cariño que he recibido. La energía que le dieron a mi mamá fue importante para ella. Toda la preocupación de personas que incluso no me conocen en persona pero que se conmovieron con el caso», sentencia.

Valentina Díaz Osandón será chequeada durante la próxima semana por el equipo médico del hospital San Pablo a cargo del proceso de recuperación. Tres meses, por lo mínimo, sería el tiempo de tratamiento a su fractura, donde además contará con la ayuda de kinesiólogos del club Coquimbo Unido.

Mientras tanto, «El Milagro de los Ojos Claros» aprende de a poco a usar el «burrito» para movilizarse por la casa, por el momento. Se despide reflexionando que está «más madura» luego que la vida le diera una segunda oportunidad de vivir.

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