La señora María Luisa Hernández, profesora jubilada de Coquimbo, nos relata que el 24 de marzo fue a cumplir con el encargo de comprar un pisco sour y hamburguesas, en el supermercado Santa Isabel, de calle Aníbal Pinto, en Coquimbo, cuando sufrió un accidente que le mantendrá en cama por un buen tiempo.
Todo iba bien ese día, señala, hasta cuando tuvo que caminar por uno de los pasillos y se encontró con que en el medio había un mueble azul con patas que sobresalía, de tal manera que ella tropezó en una de esas patas cayendo violentamente al suelo.
Había dos empleados que no reaccionaron inmediatamente. Nunca perdió la conciencia. Después aparecieron otros que la ayudaron, pero ella se quejaba de mucho dolor, entonces pidieron una ambulancia. En el hospital le diagnosticaron una fractura en una pierna con otras complicaciones. «Yo no pido nada, pero a lo menos esa gente podría haberse preocupado de saber qué pasa conmigo…».
