Tras la fiscalización llevada cabo el pasado 20 de enero por parte del Instituto de Salud Pública (ISP) a empresas que distribuyen insumos utilizados por los médicos veterinarios y que son catalogados de «uso humano», el Colegio Médico ha manifestado a nivel nacional su preocupación por el impacto que genera esta medida, en materia de abastecimiento y stock de productos básicos para el ejercicio profesional y las inevitables consecuencias que traerán consigo en el bienestar de los animales.
Pese a que del ISP, han afirmado que dichas acciones de fiscalización desarrolladas por este Instituto han sido plenamente efectivas y tienen como finalidad mejorar las actuales condiciones de almacenamiento y distribución de los medicamentos, y de ninguna forma apuntan a restringir la circulación de medicamentos necesarios en la práctica clínica veterinaria ni perturbar el normal ejercicio profesional de los Médicos Veterinarios, cuya labor es vital en la Salud Pública humana y animal, los veterinarios se encuentran en estado de alerta.
«Esta Ley 20.740 es del año 1985 pero siempre se han fiscalizado lo que tiene que ver con psicotrópicos y básicamente lo que nos pedía era obtener un permiso de farmacia para poder tener algunos psicotrópicos de uso activo en veterinaria, pero esta normativa que es optativa, es decir si la clínica o el médico veterinario quieren adherirse a la medida lo puede hacer, sino no tienen ninguna repercusión. El problema es que a los proveedores se lo hizo fiscalización esta semana en Santiago y les prohibieron almacenar y distribuir medicamentos con resolución ISP, que son todos los que estaban informados más otros como el alcohol, agua oxigenada, los sueros de todos los tipos, por eso los médicos veterinarios no vamos a poder comprar ninguno de estos elementos a ninguno de los proveedores normales», dijo Cristian Díaz, médico veterinario y director técnico del Centro Médico Veterinario La Serena.El experto indicó que ello afecta a cosas tan simples como una cirugía hasta las hospitalizaciones de pacientes. «Se trata de insumos básicos y que no podemos usar como el alcohol o el suero. No existe un símil. La solución pasa porque la medida si bien se derogue de forma completa, al menos en los insumos o bien que la medida se mantenga pero al menos a las clínicas veterinarias nos den el tiempo necesario para poder obtener los permisos para la compra y uso de los materiales», dijo.
Díaz afirmó además que una de las alternativas es que los médicos veterinarios puedan comprar esos insumos directamente en las farmacias, sin embargo, ello conlleva una serie de inconvenientes logísticos.
«Eso significaría que si estamos con un paciente, o llega uno a la clínica durante la noche tendríamos que enviar al dueño con una receta a comprar una o dos bolsas de suero. Y eso perjudica al paciente que tiene que esperar. Además, tiene un costo adicional, porque las compras que se hacen al por mayor el precio es mucho menor que si lo comprar por unidad en una farmacia. Nosotros tenemos insumos en stock como para dos semanas», afirmó.
Para hoy en tanto está fijada una reunión entre la directiva del Colegio Médico Veterinario y el Instituto de Salud Pública (ISP).